domingo, 14 de abril de 2013

Un poema del libro "Como se nombra el agua"


Nuestro milagro es estar

Si un meteoro llegara a visitarnos
y le mostrásemos manos vacías pero calientes,
y una sonrisa para que tiemblen los príncipes,
quizá se transformase en cometa, y nos mostrara su razón
de vuelo en el espacio aprendido y consciente.

Si el cielo todo, lleno de luces vagabundas
nos mostrase que ha pensado en nosotros al crearse
sin orden ni prudencia, si se dejase habitar
por los deseos de los hombres cuando se asoman al sueño...

 (Toda penumbra es duradera
si la memoria es tenaz, pero el impulso
del fuego y la existencia todo lo ilumina,
aun la madera por dentro y el núcleo del carbón.

Nuestro milagro es estar
y no haber comprendido, conquistando
los muros de la piel los océanos mínimos
de la mirada y su frágil
prudencia de cristal.)

  Si se cumplieran las buenas condiciones
para que el frío de la vida fuera el mismo
que el frío del metal, y todo árbol
ofreciera su sombra para bien, con nuestro afecto,
si la sangre acudiera a su destino,
siempre y con fuerza,
aún quedaría lugar para el asombro,
por mucho que el fuego supiera su labor
poderosa y sumisa,
yo mantendría esta pregunta
al borde del océano y los objetos del hombre:
¿quién soy?
¿y porqué se celebran estas fiestas?

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