Yo
bien sé que algún día será nuestro día,
como
peces ligeros en nuestro elemento,
algún
día vibraremos con la satisfacción
de
estar dentro del agua, de sabernos queridos
por
cuanto nos rodea.
Si
no qué significa este deseo
de
tener en el pecho algo más que instrumentos,
si
no para qué íbamos a andar inventando canciones
de
cuna y alegría,
si
no por qué iba a ser esta luz
tan
hermosa y tan limpia,
esta
luz tan entera,
tan
precisa y tan recta.
El
agua vivirá sobre nuestras cabezas,
beberemos
sus mágicas caídas:
la
salud será el círculo que recorreremos
dulcemente,
sonriendo, sin esquinas ni vértices en la mirada,
porque
hemos nacido para esto, para estar juntos, sabios,
jugando
en el jardín de la simplicidad.
Ahora
estamos viviendo en la miseria,
apenas
cubren nuestros calcetines
el
hueco del zapato,
ahora
somos parásitos del miedo,
comiendo
el bocadillo de la supervivencia.
Mendigamos
un trozo del pastel
de
la inmensa ternura acumulada
en
nuestro propio corazón,
la
ternura que hemos ido creando en nuestros sueños,
en
nuestra larga huida,
en
la busca de un cuerpo de destino,
un
abrazo de meta y comprensión.
1 comentario:
;)
Publicar un comentario